domingo, 29 de abril de 2012

Crónica: VETUSTA MORLA EN EL MUSICLAND


Frío, lluvia, barro (mucho barro)...parecía que todo estaba en contra de que se celebrara cualquier concierto en el festival Musicland. Unos fueron cancelados y otros tantos, retrasados. 

Ante este panorama, en el escenario indie una pregunta: "¿Sabes si Vetusta Morla van a actuar?". La cuestión se extendió por el público que esperaba expectante a Pucho y compañía con El Columpio Asesino como telón de fondo. 

Y salieron, una hora después de lo programado, pero salieron. Pidieron disculpas a todos los que allí estábamos y agradecieron que hubiésemos aguantado tan bien el chaparrón, nunca mejor dicho. Un sacrificio así merecía un gran espectáculo y ellos lo sabían. Pero para Vetusta Morla no es ningún problema, estamos hablando de uno de los grupos que mejor directo ofrece, eso lo sabe cualquiera que haya presenciado un concierto suyo.




El secreto no está en la música, que también, el secreto está en saber crear la atmósfera adecuada en cada una de las canciones. Para eso están las luces, los ritmos y acordes o las voces, como las del público, que convierten cualquier concierto de la banda en un auténtico karaoke.

Y el karaoke empezó con Los Días Raros, a la que siguió un clasicazo, Lo que te hace grandeCopenhague vino poco después, su estribillo- casi himno generacional- "dejarse llevar suena demasiado bien", fue quizás lo más coreado. 



Otro día en el mundo, Boca en la tierra, Baldosas amarillas...Así siguieron, éxito tras éxito, alternando el disco debut que les llevó a lo más alto, 'Un día en el mundo', con 'Mapas', su segundo disco, el que ha confirmado que lo de Vetusta Morla no es ningún boom pasajero. 

El año pasado recibieron dos premios Rolling Stones (Mejor Grupo y Mejor Disco del Año), hace unos meses agotaron cinco días seguidos en la sala La Riviera, y así podríamos seguir enumerando los logros de este sexteto madrileño al que al principio le costó arrancar (tardaron diez años en publicar su primer trabajo) pero que a día de hoy no hay quien lo pare.




Sálvese quien pueda y Valiente adelantaban el final de un concierto que culminó con tambores, platillos, maracas y timbales: La Cuadratura del Círculo había llegado.

Y así estaban todos, bailando hasta el apagón... Nadie quería que terminase la función, pero ya se sabe qué pasa con todo lo bueno, y si además es tan bueno...

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